La psicopatía se clasifica como un trastorno diferenciado del trastorno de personalidad antisocial (TPAS) y del trastorno de límite de personalidad (TPL). A pesar de la alta superposición sintomática entre la psicopatía y otros trastornos de personalidad, sus consecuencias para la sociedad, justifican su estudio como entidad independiente. Si bien la trasgresión es la constante en la conducta psicopática, no necesariamente, será lo suficientemente grave como para ser catalogada de conducta criminal. Babiak y Hare (2006) han publicado en su estudio “Psicópatas de cuello blanco”, que son sujetos de un elevado coeficiente intelectual, y que generalmente ocupan posiciones laborales de poder. La psicopatía no constituye un fenómeno moderno, encontramos antecedentes a lo largo de toda la evolución de la humanidad. La literatura nos proporciona abundantes muestras de ella.
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