Sectas Destructivas
Generadores de Trastornos de Personalidad
@Red de Apoyo, Inc. (RAVICS)
Por: MS. Myrna García, Dra. Liliana Miranda, MD.
La experiencia sectaria determina la aparición de distintos trastornos mentales descritos por distintos profesionales de la salud mental, desde los inicios de la identificación del fenómeno sectario. Las sectas destructivas son grupos generadores de trastornos de la personalidad.
Se producen alteraciones psicopatológicas como consecuencia del sometimiento a las "Técnicas de Persuasión Coercitiva" por un término prolongado de tiempo. Existe evidencia empírica que demuestra el efecto que produce la aplicación de las técnicas de persuasión coercitiva en la conducta de los individuos.
Las técnicas de persuasión coercitiva que utiliza el líder sectario cumplen la finalidad de sugestionarles y controlarles mentalmente. El líder utiliza técnicas persuasivas, de condicionamiento clásico, asociando ideas, creencias y analogías, unas ciertas con otras irreales para llevarles a concluir falsas creencias, miedos y "delirios". Por medio de las creencias fantásticas que induce en sus adeptos, el líder consigue su objetivo, lograr reacciones específicas según su conveniencia; o sea, que produce en ellos una visión del mundo completamente alterada y fabricada. Los adeptos defenderán sus creencias e interpretación de la realidad como únicas y absolutas; descartando totalmente cualquier argumento o posibilidad contraria a la de ellos.
No comprenderán argumentos e inclusive rechazan cualquier prueba existente en sentido contrario; puesto que hacerlo resulta ser para ellos doloroso; les hace sentir inseguros y culpables.Las sectas más peligrosas, las destructivas de la personalidad, mantienen a sus adeptos sumergidos constantemente en una batalla mental interna en contra de la razón.
Para modificar la conducta de los adeptos, el líder utiliza la "desensibilización sistemática" hacia el dolor, el sacrificio, pudor y moral, asociando tales estímulos con actividades altamente emotivas, euforia ante la victoria y éxito de la secta en sus encomiendas y/o con ambientes místicos, música sacra, velas y penumbra, oraciones, representaciones de sabiduría y/o divinidad. Igualmente se vale también de la imaginación emotiva, valiéndose de historias, moralejas manipuladas y meditaciones para inducir creencias y sentimientos, anécdotas de conversiones, milagros y contactos con espíritus o divinidades.
Otra técnica persuasiva de la cual se vale es la del aprendizaje por imitación. Técnicas coercitivas son las que persiguen la modificación de conducta de los adeptos por medio de diversos métodos tales como el castigo, la enajenación, actividades y ejercicios obligatorios, terror, miedo y vivencias irreales de enfrentamientos ante el mundo enemigo que induzcan desconfianza y/o desprecio, hipnosis y meditaciones para inducir trances extáticos (percepción alterada y disminuye la sensibilidad y movilidad corporal; disociación mental con las sensaciones corporales; éxtasis) o alucinatorios e induciendo intencionales sentimientos de culpa.
Existe una vía diagnóstica reconocida donde se han especificado una serie de trastornos de personalidad que desarrollan las personas que pasan por una experiencia “sectaria”.
Las personas que desarrollan estos trastornos no son por lo general personas con patologías previo a su incorporación al grupo sectario. La Asociación Americana de Psiquiatría reconoce los trastornos de personalidad que suelen desarrollar las personas que han estado expuestas a las técnicas de persuasión coercitiva por un período prolongado de tiempo. Los trastornos que se desarrollan como consecuencia de la estancia y pertenencia a estos grupos totalitarios o sectas se han clasificado según el Síndrome de Adoctrinamiento Sectario (el cual incluye como otro de sus síntomas al Síndrome de Estocolmo) y el Síndrome Post-Sectario.Estos síndromes incluyen una serie de Trastornos de Personalidad que están reconocidos y clasificados dentro del DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría).
Trastornos a los que hacemos referencia dentro de esta página son los siguientes: Psicosis Reactiva Esquizoafectiva, Trastornos Disociativos, Trastorno Psicótico Compartido, Ansiedad inducida por la relajación, Trastorno por Estrés Postraumático, Trastorno Post-Grupo, Trastornos del Estado de Animo (Depresivo Mayor Unico y Depresivo Mayor Recidivante) y las Reacciones Misceláneas.
SINDROME DE ADOCTRINAMIENTO SECTARIO
Los síntomas que desarrollan los adeptos durante su estancia en las sectas dan lugar a lo que se ha definido como el "Síndrome de Adoctrinamiento Sectario". Se observa, sobre todo una radical transformación de la personalidad acompañada por una serie de síntomas y caracterizada, en buena medida, por una disociación entre la personalidad previa y la implantada por el grupo.
Las siguientes cualidades son las más observadas en los casos que padecen el síndrome:
Presencia de “estados alterados de conciencia” (las operaciones del ‘Proceso de Internalización Cognitiva’ quedan alteradas, afectando la percepción acerca de lo que es bueno y malo para uno mismo y para los demás) manifestado a través de un repentino y drástico cambio o alteración en sus sistemas de valores, incluyendo el abandono de sus metas académicas, sociales o laborales anteriores.
Lo que es bueno y malo para su futuro dentro de la sociedad cambia, puesto que la realidad del mundo cambia y pierde interés en lo que la sociedad le ofrece.
Ataque a la evaluación del propio ‘yo’, desestabilizando los aspectos más centrales de la persona. Deterioro de la conciencia de sí mismos; el concepto sobre lo que es bueno y nocivo para sí mismo cambia totalmente.
Cambio en la personalidad de los adeptos, con fuertes sentimientos de culpa.
Desarrollan gran sentido de culpa, porque únicamente su líder entiende y conoce los pensamientos e intenciones propias; pero constantemente le acusa, con el propósito de intensificar necesidades de superación dentro de la secta, en sus adeptos .
La conciencia social básica queda en el adepto minada.
Su percepción de la realidad queda completamente alterada.
Desarrollan una visión paranoica del mundo exterior y una desconfianza hacia sí mismos y hacia todos los que no pertenezcan a la secta. Se debe a que están convencidos de que únicamente su líder puede entender y conocer los pensamientos e intenciones del mundo exterior. El control de las emociones queda en el adepto alterado. Como resultado de la técnica de persuasión coercitiva, que consiste en "Negar el Yo" (Destruir su ego. Es un ejercicio comúnmente enseñado por los líderes sectarios y no se debe confundir con el "Mecanismo de Defensa" llamado "Negación", que utiliza la persona para negar la existencia de un conflicto; rechaza o ignora su realidad al sentirse incapacitado para resolverlo. Es similar al Mecanismo de Defensa, pero la práctica consiste en concientemente negarse satisfacer alguna necesidad.) Desarrollan conflictos emocionales al tratar de reprimir concientemente sus emociones y sentimientos.
El sufrimiento se agudiza en ellos, cuando al aceptar humillaciones de su líder o al aceptarle tareas indignantes, voluntariamente se desarman de sus mecanismos de protección, respeto y consideración hacia sus sentimientos y emociones, creyendo que tales necesidades son producto de su egoísmo y tienen que sacrificarlo. El líder sectario les acusa y convence acerca de su profundo egoísmo y por ello tienen que vencerlo. Los "Mecanismos de Defensa" según los psicoanalístas, quedan alterados. Los utilizamos normalmente, como resultado de la autorregulación interna o del ‘Proceso de Equilibración del constructivismo de Jean Piaget’, cuando nos enfrentamos a un ‘conflicto cognitivo’ o a una disociación.
Los "Mecanismos de Defensa" nos ayudan a encontrarle relación y lógica a lo inaceptable. Son reacciones que le permiten al adepto funcionar con normalidad, sin razonar. El Mecanismo de Defensa más utilizado por los adeptos es el de la "Negación" y el peligro mayor de esta práctica no es el engaño, sino el grave daño emocional que se ocasionan. Por medio de la autosugestión aprenden a engañarse, ignorando y mostrando aparente indiferencia hacia cualquier dolor emocional.
En algunas sectas el líder hace creer a los adeptos que tan solo seres muy superiores e iluminados pueden desasociarse totalmente de sus sentimientos, porque su espíritu tiene la capacidad de poder desprenderse del cuerpo y de la persona. Esas sectas son las más peligrosas, el estado alterado de conciencia tiene la capacidad de suscitar el desarrollo del “Trastorno de Identidad Disociativo”, anteriormente conocido con el nombre de "Trastorno de la Personalidad Múltiple" (El adepto se autosugestiona para en determinados momentos ignorar su propia identidad). Falsa mejora de autoestima y seguridad; internamente esconde fuertes sensaciones de angustia. El verdadero sentir personal es suprimido. Se da cuando el adepto responde a las exigencias de mostrarse complacido, alegre y entusiasta todo el tiempo (Groenveld, 1999).
Por medio de inducción de ideas y pensamientos, a través de técnicas sugestivas, el líder les enseña a autosugestionarse, convenciéndose de que son más felices y de que dentro de la secta todos se aman, a pesar de experimentar frecuentes rechazos, humillaciones y desprecios. El líder les hace creer que el camino que les traza, a través de sus enseñanzas, les transforma en seres superiores en lo intelectual, lo espiritual, emocional y con capacidad de percepción superior al promedio.
Disminución de la flexibilidad mental. Intransigente, cerrado de mente, incapaz de aceptar otros puntos de vista. Degradación de la inteligencia emocional. Como consecuencia del estado alterado de conciencia se da una disminución en la calidad de las relaciones familiares y extra-grupales.
Ocurre una especie de retardo en su inteligencia racional, social y emocional. Infantilización. Inducción a la dependencia y sensaciones de incertidumbre y duda; falta de autoconfianza. El líder sectario desarrolla en el adepto dependencia extrema hacia él; logra hacerles sentir inseguros de su criterio propio, tras aplicar técnicas coercitivas como el castigo, los gritos, humillaciones e insultos cada vez que toman decisiones o ejercen su criterio propio para resolver cualquier conflicto, sin previamente consultarle el curso de acción que debe seguir.
Cambia la personalidad del adepto con marcadas manifestaciones de miedo, ocasionado por las técnicas coercitivas utilizadas por el líder sectario; especialmente manifestaciones de terror y miedo a la maldición de un castigo. Los aterrorizan con desgracias, catástrofes, maldiciones al traidor, fuertes castigos y humillaciones a quien no cumpla, dude de la sobrenaturalidad, la divinidad, decisiones y buenas intenciones líder y a quien no se adapte a las demandas del grupo.
Surge una personalidad dividida (separación entre la personalidad “sectaria” y la histórica). La persona abandona sus costumbres pasadas; el líder se vale del cambio, para demostrar que el resultado positivo de la conversión observada evidencia la efectividad de su enseñanza Cambios físicos, incluyendo pérdida de peso, ocasionado por las dietas extremas o los frecuentes ayunos prolongados. El propósito del líder es poderle demostrar al adepto un cambio visual que exponga claramente un cambio positivo como prueba de fe, en combinación con la eliminación de algún vicio y costumbre que demuestre su mejora personal. Deterioro en la apariencia física, debido a que pierde interés en el mundo social.
El líder inculca en el adepto la creencia de que todo lo perteneciente al mundo social está mal, porque son impuros, están contaminados y hay que buscar la manera de reclutarles para salvarlos.
Pérdida de expresión facial natural, de mirada perdida o vacía, mirada evasiva, jovialidad ficticia. (Liberman,1994) El foco de atención cambia, debido a que constantemente deben repetir mentalmente sus oraciones, postulados y/o creencias. Se sienten seguros dentro de su mundo enajenado de la realidad exterior. Desconfían del mundo exterior, descartando e ignorando lo que no puedan explicar bajo sus creencias. Cambios en sus respuestas emocionales, suelen ser bruscas.
Las respuestas del adepto responden a la idea imaginaria que el líder les ha forjado sobre el mundo exterior. No responden a los estímulos ambientales y sociales, según su criterio propio, más bien responden mecánicamente; ya que dirán y harán lo que les sea indicado, ante específicas circunstancias. La ciencia ha demostrado que estos cambios son el resultado también de la alteración que ocasiona la exposición al estrés y a la ansiedad constante sobre el funcionamiento neurofisiológico del cuerpo.
SINDROME DE ESTOCOLMO
Una mañana julio de 1973 dos asaltantes armados con ametralladoras irrumpieron en el Sveriges Kreditbanken, un banco de Estocolmo, Suecia. Aunque al principio el robo parecía consumarse de acuerdo al plan, la rápida acción de la policía llevo a una toma de rehenes que se prolongó por seis días.
El secuestro prolongado de los rehenes provocó un cambio impresionante e inesperado en su conducta: Los cuatro rehenes (3 mujeres y 1 hombre) se resistieron a ser rescatados. Cuando terminó el episodio en el banco de Estocolmo, al momento de la liberación, un periodista capturó en una foto el instante en que una de las rehenes y uno de los captores se besaban. Sorprendentemente todos los secuestrados iniciaron una campaña para defender a sus captores, rechazando inclusive testificar en su contra. Otro dato impresionante es el reporte que narra como una de las muchachas llegó a comprometerse con los secuestradores, al haber estado envuelta con la dinamita para amenazar a la policía.
Este hecho se convirtió en objeto de estudio para Nils Bejerot, un psicólogo que se dio a la tarea de explicar las razones que motivan a los secuestrados a defender a sus captores y lo bautizó con el nombre de "Síndrome de Estocolmo".
¿Como se desarrolla?
El Síndrome de Estocolmo se presenta cuando la víctima es sometida a gran presión psicológica por parte del secuestrador. La víctima siente que no puede escapar (y de verdad no puede hacerlo sin gran riesgo), se siente aislada del exterior, abandonada por la policía que no le rescata.
Si no recibe seguridad del exterior la buscará en su captor, en el momento en que este muestre cierta bondad, empieza a ver solo el lado bueno de esa persona, negando poco a poco el lado que le produce miedo. Al no tener otra persona para protegerle, trata de entender los motivos del secuestrador, buscando su simpatía, ya que manteniendo al secuestrador contento es más difícil que a este se le ocurra liquidarle.
De acuerdo a Grahm y Rawling, la víctima se vuelve hipersusceptible a las necesidades del victimario y se olvida de las suyas, preocupándose porque el victimario esté ocupado en cualquier cosa, excepto pensando en la posibilidad de herirle. Al negarse a ver el lado violento del secuestrador, la víctima se olvida del peligro que corre, y cada vez es más difícil separar la realidad, ya que se identifica a sí misma desde los ojos del victimario.
Es más común que una persona que ha sido víctima de algún tipo de abuso llegue a experimentar simpatía por el víctimario, podemos decir que este caso se presenta en:
- Rehenes
- Prisioneros de Campos de Concentración
- Miembros de una Secta Destructiva
- Prisioneros de Guerra
- Prostitutas
- Víctimas de Abuso Sexual
- Niños Maltratados
- Mujeres Maltratadas
Nils Bejerot, criminólogo y psicólogo que se dio a la tarea de explicar las razones que motivan a los secuestrados a defender a sus secuestradores le dio el nombre de Síndrome de Estocolmo al estado mental y emocional que desarrolla una persona que es secuestrada o capturada y queda sometida a las demandas de su captor por un período determinado de tiempo. Cuando ocurrió el robo y durante el secuestro, Nils Bejerot se encontraba colaborado como profesional con la policía y durante una entrevista, en una emisora de noticias, se refirió a la conducta de los rehenes con el nombre del síndrome.
El término fue entonces adoptado por muchos psicólogos en todo el mundo. Como resultado de las investigaciones que pudo realizar, Nils Bejerot llegó a la conclusión de que existen cuatro motivos ante los cuales puede presentarse el Síndrome de Estocolmo:
- Si el rehén siente una amenaza física o psicológica por sobrevivir, y que sólo el secuestrador puede quitar tal amenaza.
- Si el rehén siente algo de compasión por parte del secuestrador.
- Aislamiento de perspectivas aparte de las del secuestrado.
- Si el rehén siente que no hay posibilidad de escape.
TRASTORNOS DISOCIATIVOS
Según el DSM-IV, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales, los Trastornos Disociativos (tan comúnmente observados en los adeptos que han desarrollado el Síndrome de Adoctrinamiento Sectario) resultan de la alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno (con síntomas como la pérdida de memoria de eventos traumáticos, sensación de distanciamiento de los propios procesos mentales y del propio cuerpo, hasta el control del comportamiento por varios estados de personalidad sucesivos). Esta alteración puede ser repentina o gradual, transitoria o crónica.
En estados extremos, el delirio que desarrollan estas personas puede inclusive llevarles a creer que otro ser o entidad les controla y se identifican entonces con otro nombre (seres iluminados o posesiones, etc.).
Sabemos que cualquier experiencia real o ficticia, inducida por medio de sugestiones o autosugestiones, puede ser impactante o traumática; no necesita ser cierta para no olvidarla e impactarnos fuertemente, siempre que nuestra mente consciente la asimile, incorpore y acepte como experiencia real.
Según nuestra experiencia atendiendo adeptos, al desarrollar éstos percepciones alteradas sobre el mundo social, igualmente desarrollaron en cadena, miedos hacia amenazas irreales y reacciones de ansiedad que se desencadenaron posteriormente en el desarrollo de la ‘fobia social’, porque su constante rechazo y menosprecio hacia el mundo exterior les llevó a desarrollar grandes conflictos, que terminaron por transformar su visión sobre éste en la de uno totalmente amenazante. Como consecuencia, sin darse cuenta, la persona desarrolla un 'estado alterado de consciencia'.
El estado alterado de consciencia es una característica destacada que se da en las personas que desarrollan el ‘Síndrome de Adoctrinamiento Sectario’. La persona provoca un desbalance mental, al controlar sus procesos de pensamiento, tratando de rechazar los pensamientos lógicos que le ayudan a interpretar la realidad del mundo exterior, según la percepción de sus sentidos. Su esfuerzo por rechazar inicialmente y luego por bloquear la función de su capacidad de razonamiento le lleva a desarrollar una auto-conciencia de sí mismo y conciencia social completamente alterada.
Imagínese qué pasaría si usted se convence de que para poder superar cualquier problema en la vida tiene que rechazar todo pensamiento que le lleve a cuestionar lo que sea contradictorio a lo que su guía personal y espiritual le dice sobre sus amigos, familiares, sobre el mundo visible y el invisible. Estaría analizándolo todo a través de la mente de su guía y se arriesgaría a desarrollar un posible delirio, si lo toma demasiado serio, si rechaza toda posibilidad o duda, por temer un grave error o peligro. En otras palabras estas personas aprenden a vivir dentro de un mundo de fantasía que resulta ser en la mayor de las ocasiones aterrador. Rechazan la realidad para sumergirse a vivir dentro de un mundo utópico.
Desarrollan un verdadero delirio y toda su conducta y reacción responderá a su fantasía mental. Esto es lo que sucede con los adeptos que desarrollan el “Síndrome de Adoctrinamiento Sectario”. La persona comienza a engañar su mente, al desasociarla de la realidad exterior. Para mantenerse en un estado completamente disociativo de la realidad; para ello acuden siempre al enajenamiento social. Su ambiente controla lo que ven y escuchan. Todo material impreso o digital que pudan leer y lo que ven o escuchan por cualquier medio de comunicación tiene que estar autorizado por sus líderes sectarios. La información controlada mantiene viva su ilusión. Aprenden a sobrevivir, adaptándose a ese nuevo ambiente cargado de demandas altamente hostiles.
Sin embargo, tenemos que tener cuidado con los síntomas dependientes de la cultura, puesto que la despersonalización y desrealización inducidas de forma voluntaria forman parte de las prácticas de meditación y de trance existentes en muchas religiones y culturas, y no deben confundirse con el trastorno de despersonalización. Por otro lado, no debe dejar de considerarse el que algunas prácticas y ejercicios mentales podrían ser muy peligrosas, puesto que podrían producir episodios de despersonalización, los cuales pueden ser muy breves, unos cuantos segundos o muy persistentes, durar inclusive por años.
Los adeptos en las sectas son expuestos a un estilo de vida altamente estresante y de sometimiento esclavizante, que les pone a riesgo de frecuentes crímenes en contra su dignidad, tales como abuso sexual, fuertes humillaciones y castigos capaces de generar graves traumas en el individuo. Surge el trastorno de la despersonalización en respuesta y como consecuencia a acontecimientos que ponen en peligro la vida del individuo, como los que podrían experimentarse dentro de un ambiente sectario.
El episodio de despersonalización podría aparecer de manera repentina durante la situación traumática. El curso del trastorno es a veces crónico, aunque marcado por remisiones y exacerbaciones.
En la mayoría de las ocasiones las exacerbaciones están relacionadas con acontecimientos estresantes reales o subjetivos.Como consecuencia de la técnica de Persuasión Coercitiva, de Reforma de Pensamiento o de Lavado de Cerebro, se va generando en el adepto una nueva personalidad que entra en competencia con su personalidad anterior.
El hecho de que ambas personalidades convivan en un mismo individuo provoca el que familiares y amigos del adepto se sorprendan por la nueva e inexplicable transformación en la manera de comportarse el adepto. La transformación suele ser muy marcada al punto de parecer otra persona, un extraño en algunas situaciones y en otros momentos “es la misma persona de siempre”.
El trastorno disociativo es frecuentemente diagnosticado en adeptos y ex-adeptos de las sectas destructivas. El mismo describe la convivencia de dos personalidades en un mismo individuo, la que tenía el individuo antes de entrar en el grupo y la personalidad desarrollada después de entrar al grupo sectario, la cual se desarrolla como resultado del sometimiento a las técnicas de manipulación psicológica.
En el individuo se va desarrollando lo que se conoce como la instauración definitiva de la dependencia, lo que se conoce con el nombre de secta dependencia. Factor presente durante todo el período de pertenencia al grupo, pero que va incrementando en la medida en que va pasando el tiempo, lo que produce una personalidad nueva y diferente, adquirida definitivamente.
Dentro de este nuevo estado mental aparece el proceso de regresión y de infantilización, generado mediante el bloqueo del sistema de razonamiento y la anulación de la toma de decisiones individuales. La capacidad de razonamiento y la mentalidad del adepto queda significativamente afectada, éste acaba pensando y razonando u obedeciendo como un niño. En algunos casos, incluso cambian los rasgos físicos de la cara de los adeptos, luciendo ingenuos y aniñados.
El adepto es despojado de todo tipo de responsabilidad, está obligado a darle cuentas a su líder y a lo que él a internalizado como voluntad de Dios; tiene que obedecer y hacer lo que se le manda y nada más. Desarrollan frases repetitivas que internalizan tales como: "El que obedece no se equivoca", desarrollan términos exclusivos con mensajes subliminales que les ayudan a controlar sus conductas y respuesta, que repiten, constituyendo así un nuevo lenguaje típico en la secta. Por lo tanto, el adepto se acaba convirtiendo en una persona inmadura, sin responsabilidad ninguna e incapaz de tomar cualquier decisión por sí solo porque su deber y mayor responsabilidad moral es obedecer. El desarrollo de la personalidad individual y única ha quedado devaluada.
A través de las técnicas de persuasión coercitiva se logra aumentar significativamente en el adepto el aspecto emocional y se logra disminuir al máximo su capacidad de razonamiento o crítica. El adepto no debe pensar ni razonar por sí mismo, tan solo obedecer sin objetar, estar de acuerdo o entender; y mucho menos debe discrepar o llevarle la contraria al líder del grupo.
Las técnicas de persuasión coercitiva son más eficaces cuando están acompañadas por reglas estrictas, sacrificios corporales y especialmente sometiendo a los adeptos a prácticas, ejercicios y tácticas productoras de ansiedad y tensión sobre un período continuo de tiempo.Tal estado mental de sumisión y obediencia ciega al líder sectario puede conseguirse debilitando significativamente la energía física de los adeptos y sus defensas psíquicas al mayor grado posible.
La capacidad de razonamiento quedará reducida, así no se da cuenta de lo que le sucede y queda incapacitado para de impedir o detener lo que le están haciendo. Por tal razón, forman parte del programa de una organización sectaria las estrictas dietas y/o ayunos; en adición al excesivo trabajo diario impuesto, las pocas horas de sueño, las extensas charlas, sesiones de meditación o de oración, los trabajos repetitivos y el estar por horas cansando el organismo con la misma postura, sentados o parados. (Ver los tipos de técnicas de persuasión coercitiva comúnmente utilizadas por los líderes sectarios) Al adepto cada vez le va siendo más difícil razonar coherentemente, como lo hacía antes de su ingreso en la secta destructiva debido a la presión psicológica, al estrés y tensión continua, a la escasa y mala alimentación, al aislamiento parcial o total con el mundo ajeno a la secta, a la adquisición de un nuevo "lenguaje" dentro del grupo sectario, al cansancio físico, a la incapacidad de tomar decisiones, la manipulación emocional, y a la disminución y el control del razonamiento.
En la mayoría de los casos el adepto desarrolla una seria y gran dificultad para desenvolverse independientemente de las directrices del grupo. Los individuos quedan incapacitados para mantenerse mentalmente separados del grupo y quedan completamente incapacitados para evaluar su conducta o sus sentimientos de modo independiente a la doctrina o las normas del grupo.
Los trastornos mencionados en el DSM-IV que podrían suscitarse más fácilmente en los adeptos son los siguientes:Trastornos Disociativos Trastornos de Ansieda Trastorno Somatoforme (Somatomorfo; molestias fisiológicas sin aparente explicación; no hay evidencia de enfermedad orgánica o sustancia) Trastornos del Estado de Animo (inducidos por hipnosis, por substancias y no especificado)
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso del Sistema Internacional denominado CIE-10 y recoge en una sola categoría a los Trastornos de Ansiedad con los Somatomorfos, llamándola “Trastornos Neuróticos, Secundarios a Situaciones Estresantes y Somatomorfo”. A los Trastornos Disociativos, los clasifica como “F44 Trastornos Disociativos (de conversión)” y a los Trastornos del Estado de Animo los clasifica bajo la categoría “F30-39 Trastornos del Humor (Afectivos)”. El término "conversión" que le añade a los Tratornos Disociativos implica que se suscitan sentimientos no satisfactorios originados por los problemas y conflictos que el enfermo no puede resolver y se transforman de alguna manera en síntomas.
Los "estados o trastornos disociativos" que pueden desarrollar las personas expuestas a períodos de prolongada e intensa persusasión coercitiva (p. ej., lavados de cerebro, modificación del pensamiento o indoctrinación en sujetos cautivos) son varios; entre estos los más comúnmente explicados por los ex-adeptos que atendemos son el "Trastorno de Despersonalización" y el "Trastorno Disociativo No Especificado".
El "Trastorno de Identidad Disociativo" y la "Amnesia Disociativa" son los menos comunes, pero su manifestación pueden ser provocadas en individuos con la predisposición o en víctimas de experiencias altamente traumáticas o estresantes.
Todos los ex-adeptos que han sufrido graves consecuencias, como resultado de haber sido miembros de sectas destructivas, manifiestan haberse valido de un 'mecanismo de represión mental' que rechaza el pensamiento lógico y la realidad del mundo exterior, manteniendo fuera de la conciencia toda información analítica.
El patrón de conducta que relatan algunos ex-adeptos de sectas destructivas, dentro de la cual practicaban el desconectarse de la realidad para recordar sus vidas anteriores, reportan haber utilizado métodos de meditación o alucinógenos.
Tal estado de conciencia era auto-inducido persiguiendo el fin de que un espíritu, poder, deidad o alma especial tomase control de su cuerpo, para poder cumplir su importante misión, ya fuese asignada por Dios, el Cosmos Universal o por espíritus superiores. Algunos practicantes de estas técnicas que han salido de estas sectas reportan que debido a su obsesión se mantenían en un estado de total negación hacia toda información percibida del mundo externo; tan solo aceptaban lo que les era transmitido por sus directores sectarios.
Estas personas reportan no tener historial alguno que cumpla con los criterios del diagnóstico de la 'esquizofrenia'. Aunque algunos recurren a alucinógenos, la mayoría logran este estado, sin tener que incurrir a la intoxicación con alcohol o con drogas. Los ex-adeptos que hemos atendido manifiestan haber experimentado un estado alterado de consciencia debido a la sugestión, reportando que experimentaba olvidar detalles específicos de lo que hacía cuando otro ser tomaba control de sí.
Este tipo de experiencias es mayormente manifestado por personas que han entrado en sectas que promueven la doctrina de George Ivanovich Gurdjieffel, un esotérico muy renombrado entre diversos movimientos sectarios y categoriza a las personas según siete niveles de perfección, dentro de los cuales tan solo los que se encuentran en un nivel cuarto o superior, son los que logran desprenderse de sus sentimientos y emociones. El presenta su escala como un medio para alcanzar un estado de integración perfecta entre la consciencia intelectual, sentimental y física y quien pasa al quinto nivel se convierte en un observador de sí mismo, en un testigo.
Trastorno Disociativo- F48.1 Trastorno de Despersonalización (300.6) La característica esencial de este trastorno consiste en la presencia de episodios persistentes o recidivantes de despersonalización, caracterizados por la sensación de extrañeza o distanciamiento de uno mismo:El individuo se siente como si fuera un autómata o estuviera viviendo en un sueño o en una película. Puede existir la sensación de ser un observador externo de los procesos mentales, del propio cuerpo o de una parte de él. Asimismo, hay diversos tipos de anestesia sensorial, ausencia de respuesta afectiva y sensación de pérdida de control de los propios actos (incluido el habla). En enfermo con trastorno de despersonalización mantiene intacto el sentido de la realidad (p. ej., es consciente de que se trata sólo de una sensación y de que no es un autómata)
La despersonalización es una experiencia común, su diagnóstico debe realizarse sólo cuando la sintomatología sea lo suficientemente grave como para provocar malestar o deterioro de la actividad normal de la persona Debido a que la despersonalización puede darse en muchos otros trastornos mentales, no se debe realizar un diagnóstico de trastorno de despersonalización si la alteración aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., esquizofrenia, trastornos de angustia, trastorno por estrés agudo u otro trastorno disociativo). Además, este trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o a una enfermedad médica Síntomas y trastornos asociados Características descriptivas y trastornos mentales asociados.
Son personas que manifiestan experiencias persistentes o recurrentes de distanciamiento o de ser un observador externo de los propios procesos mentales o del cuerpo (p. ej., sentirse como si se estuviera en un sueño). Es exactamente lo que sucede con estas personas, durante el episodio de despersonalización, el sentido de la realidad permanece intacto; pero la ‘despersonalización’ provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Obviamente estas manifestaciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., epilepsia del lóbulo temporal); sino a la sugestión provocada por la necesidad que sienten de superarse psíquica y espiritualmente. Los adeptos dentro de las sectas sufren de gran ansiedad producida por la constante presión social que sobre ellos ejerce el líder, respaldado por su grupo sectario.
F44.9 Trastorno Disociativo No especificado (Código DSM-IV-TR 300.15) es sumamente común, es el ‘Trastorno Disociativo por Trance’. La característica predominante de este trastorno es un síntoma disociativo (alteración de las funciones, por lo general concatenadas de la conciencia, memoria, identidad y la percepción del entorno) que no cumple con los criterios para el diagnóstico del trastorno disociativo específico. Son los individuos que durante su estadía en la secta experimentaban con frecuencia el trance milagroso y los síntomas de ‘posesión’.
Ellos explican que espíritus y seres ajenos entraron en sus cuerpos y tomaron posesión de ellos, controlando todos sus actos. El ‘mecanismo disociativo’ en estos trastornos se caracteriza por inhibir la integración de la percepción, memoria y la identidad.
Los siguientes ejemplos incluyen: Cuadros clínicos similares al trastorno de identidad disociativo que no cumplen todos los criterios para este trastorno.
Los ejemplos incluyen los cuadros en los que
- no aparecen dos o más estados de identidad distintos.
- no existe amnesia de alguna información personal importante.
Presencia, en adultos, de desrealización no acompañada de despersonalización Estados disociativos que pueden presentarse en individuos que han estado sometidos a períodos de prolongada e intensa persusasión coercitiva (p. ej., lavados de cerebro, modificación del pensamiento o adoctrinación en sujetos cautivos Trastorno disociativo de trance: alteraciones únicas o episódicas de la conciencia, identidad o memoria propias de ciertos lugares y culturas concretas.
Los trances disociativos consisten en una alteración de la conciencia con respuesta disminuida al entorno, o en comportamientos o movimientos estereotipados que se encuentran fuera del control de la persona. El trance de posesión consiste en la sustitución de la identidad personal por otra, atribuida a la influencia de un espíritu, poder, deidad u otra persona, y se encuentra asociado a movimientos estereotipados de tipo involuntario o a amnesia. Los ejemplos incluyen: amok(Indonesia), bebainan (Indonesia), latah (malasia), pibloktoq (Ártico), ataque de nervios(América Latina) y posesión (India).
Este trastorno forma parte de prácticas re ligiosas o culturales ampliamente aceptadas en la población (v. pág. 743 para los criterios de investigación). Pérdida de conciencia, estupor o coma, no atribuibles a una enfermedad médica. Pérdida de Ganser: en este trastorno el individuo da respuestas aproximadas a las preguntas (p. ej., 2 y 2 suman 5), y no hay asociación con amnesia disociativa o fuga disociativa El desorden disociativo atípico se caracteriza por (Galper, 1983):La pérdida de la identidad La regresión psicológica El campo fenomenológico de la atención consciente intensa queda extraordinariamente reducido. Quedar devaluado el desarrollo de la personalidad individual y única como consecuencia de las dinámicas propias del grupo.
F44.81 Trastorno de Identidad Disociativo (300.14) (antes personalidad múltiple) La característica esencial de este trastorno es la existencia de dos o más identidades o estados de la persnalidad. Puede presentarse, aunque no muy a menudo, de manera repentina. Las características diagnósticas son las siguientes:
Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno y de sí mismo). Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo. Incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., comportamiento automático o caótico por intoxicación alcohólica) o a una enfermedad médica (p. ej., crisis parciales complejas).
Nota: En los niños los síntomas no deben confundirse con juego fantasiosos o compañeros de juego imaginarios. El trastorno de identidad disociativo refleja un fracaso en la integración de varios aspectos de la identidad, la memoria y la conciencia. Cada personalidad se vive como una historia personal, una imagen, una identidad e incluso un nombre distintos. Generalmente hay una identidad primaria con el nombre del individuo, que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva. Las identidades alternantes poseen habitualmente diferentes nombres y rasgos que contrastan con la identidad primaria (p. ej., son hostiles, dominantes y autodestructivas).
En circunstancias muy concretas el individuo puede asumir determinadas identidades, que podrían diferir en edad, sexo, vocabulario, conocimientos generales y estado de ánimo. Las identidades alternantes se presentan como si se controlaran secuencialmente, una a expensas de la otra, pudiendo negar el conocimiento entre ellas, ser críticas unas con otras e incluso entrar en conflicto abierto.
Ocasionalmente, una o algunas de las identidades más poderosas pueden planificar el tiempo ocupado por las otras. Algunas veces, las identidades hostiles o agresivas pueden interrumpir las actividades o colocar las otras en situaciones desagradables. Presentan frecuentemente lapsos de memoria que afectan a su historia personal; estos lapsos pueden ser de memoria remota o de memoria reciente.
Las identidades más pasivas tienden a mostrar recuerdos más limitados, mientras que las más hostiles controladoras y «protectoras» son capaces de recuerdos más completos. Una identidad que no esté actuando puede llegar a la conciencia (mediante alucinaciones visuales y auditivas; p. ej., una voz que da instrucciones). Familiares y amigos pueden dar fe de la amnesia del individuo por comportamientos observados o la persona misma por sus propios descubrimientos (p. ej., encuentra algo que no recuerda haber comprado). Son las víctimas que generalmente expresan haber padecido abusos físicos y sexuales. Son mayormente personas más vulnerables a ser hipnotizadas y especialmente vulnerables a todo lo que puede provocar sugestión.
Parte de los ejercicios comúnmente practicado en las sectas destructivas llevan al individio a desarrollar el delirio de sobrenaturalidad e insensibilidad hacia el dolor; muestran capacidades poco habituales para soportar el dolor u otros síntomas físicos. Obtienen puntuaciones altas en los tests de hipnotizabilidad y de capacidad disociativa. En los diversos estados de identidad se han descrito alteraciones de las funciones fisiológicas (p. ej., diferencias en la agudeza visual y en la tolerancia al dolor, síntomas propios del asma, sensibilidad a los alergenos y respuesta de la glucosa a la insulina). Se ha sugerido que la alta incidencia de este trastorno en Estados Unidos indica que se trata de una enfermedad ligada a la cultura.
F44.0 Amnesia disociativa (300.12) (antes amnesia psicógena)- Se caracteriza por una incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario. La persona no puede recordar acontecimientos completos de su vida. Son experiencias relacionadas a acontecimientos traumáticos o situaciones muy estresantes, tras ocurrir el evento.
Algunas personas presentan este tipo de amnesia en episodios de automutilación, de explosión de violencia o de intentos de suicidio:
En este trastorno se produce una alteración reversible de la memoria que impide al paciente recordar verbalmente experiencias previas (o que, en el caso de recordarlas temporalmente, no pueden retenerse por completo en la conciencia). La alteración no se presenta exclusivamente en el transcurso de un trastorno de identidad disociativo, de la fuga disociativa, el trastorno por estrés postraumático o el trastorno por estrés agudo, y no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia o a otra enfermedad neurológica o médica Los síntomas deben provocar malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otro tipo La amnesia disociativa consiste, la mayor parte de las veces, en un.
Trastorno Psicótico Compartido (Folie a deux) (DSM-IV sección 297.3) Se le conoce también con el nombre de “Trastorno Delirante Inducido”. La característica esencial de este trastorno consiste en una idea delirante que desarrolla una persona o un grupo de personas que se expone y mantiene una relación con una persona que padece un trastorno psicótico con ideas delirantes.
La persona, o grupo que mantiene esta relación, pasa a compartir parcial o totalmente las creencias delirantes del sujeto que inicialmente padece los trastornos.La idea delirante no debe explicarse mejor por la presencia de otro trastorno psicótico (como por ejemplo, esquizofrenia) ni de un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos y no es debido a los efectos de alguna sustancia o enfermedad médica.El contenido de las creencias delirantes compartidas dependerá del diagnóstico de los trastornos de la persona primaria con ideas delirantes.
Normalmente, ésto sucede cuando el primer caso es el dominante en la relación y cuando gradualmente se va imponiendo el trastorno en la otra persona o en el grupo.
Aunque lo más común es que este trastorno se dé entre dos personas, puede ocurrir que este trastorno se presente en un número mayor de individuos, donde un grupo significativo de personas llegan a compartir el mismo trastorno psicótico. Si la relación de la persona o la relación de cada persona dentro del grupo interrumpe su relación con cualquier persona que padezca el trastorno psicótico, la psicosis compartida disminuirá e incluso podrá llegar a cesar. Hay poca información acerca de la prevalencia de este trastorno, ya que la mayoría de estos casos pasan desapercibidos; sin embargo, algunos datos sugieren que este trastorno tiene una mayor prevalencia en las mujeres. Es raro que los adeptos que padecen este trastorno busquen ayuda profesional.
Este trastorno sólo se diagnostica cuando dichas ideas delirantes no son el resultado de los efectos de ninguna sustancia o enfermedad médica.
La estrecha relación con la persona que originalmente padece el trastorno psicótico con ideas delirantes y la similitud entre las ideas del grupo o el sujeto secundario con las ideas de la persona que padece el trastorno psicótico inicial, es la característica más determinante del trastorno.
Lo común es que una vez el sujeto o grupo afectado se separa del sujeto con el trastorno psicótico inicial, la psicosis compartida desaparece con el tiempo. En casos muy raros, puede ocurrir que las ideas delirantes no desaparezcan.
Según el DSM-IV, sección 297.3, se diagnostica el trastorno cuando:Se desarrolla una idea delirante en un sujeto en el contexto de una relación estrecha con otra(s) persona(s) que ya tiene(n) una idea delirante establecida. La idea delirante es parecida en su contenido a la de la persona que ya tenía la idea delirante. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno psicótico (p. ej., esquizofrenia) o de un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, y no es debido a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica.
Ansiedad inducida por la relajación o de Ansiedad Generalizada (DSM-IV sección 300.02) Constituye una forma de ansiedad que se produce en algunos adeptos como respuesta a determinados programas de meditación y relajación utilizados en algunos grupos y que puede propiciar incluso la aparición de estados psicóticos. La Ansiedad Inducida por Relajación constituye una forma de ansiedad producida por determinadas prácticas de relajación y meditación, habituales en un sector importante de estos grupos (Martínez, 2004).Se caracteriza por la desconexión como uno de los estados asociados a la relajación. El distanciamiento o desconexión parece ser la estrategia de afrontamiento elegida principalmente entre los sujetos inclinados a padecer de ansiedad inducida por la relajación (Kareaga, 2002).
Estos sujetos experimentan principalmente este estado durante la práctica de la relajación, lo cual constituye una estrategia para huir de la ansiedad provocada por ella. Los sujetos con altos niveles de estrés psicológico en forma de somatizaciones, ansiedad interpersonal, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, hostilidad, fobias, e ideaciones paranoides manifiestan relajarse mejor distanciándose del mundo. Probablemente estos mismos sujetos utilizarán el distanciamiento o la negación como forma de afrontamiento de los problemas fuera de las sesiones de relajación. (Martínez, 2004).Síntomas o características del cuadro clínico:Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan más de 6 meses. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de 6 meses).
Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos síntomas: inquietud o impaciencia fatigabilidad fácil dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco irritabilidad tensión muscular alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)
El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático..
La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.
Trastornos del Estado de Animo: La Depresión Mayor, es una enfermedad mental grave caracterizada por la alteración del estado de ánimo acompañada de otros síntomas. Esto explica el que el Trastorno Depresivo Mayor Unico y Recidivante estén identificados dentro del DSM-IV bajo la categoría mayor 'Trastornos del Estado de Animo'. La única diferencia entre ambos trastornos es cuestión de incidencia.Trastorno Depresivo Mayor Unico (DSM-IV sección 296.2) - Se caracteriza por un episodio único depresivo mayor. Trastorno Depresivo Mayor Recidivante (DSM-IV sección 296.3) - Se caracteriza por la presencia de dos o más episodios depresivos mayores.
Para ser considerados episodios separados, tiene que haber un intérvalo entre ambos de al menos 2 meses seguidos en los que no se cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor. Según la doctora en psiquiatría Liliana Miranda, cuando existen cinco o más de los síntomas que citamos a continuación durante más de dos semanas, o si cualquiera de estos problemas interfiere con la vida diaria, es necesario plantearle el problema al médico que será quien establezca el diagnóstico de depresión e iniciará el tratamiento que mejor se adapte a cada caso.
Estado de ánimo triste, melancólico o llanto frecuente. Cambios repentinos en el apetito o en el peso. Problemas con el sueño (dormir mucho o poco). Irritabilidad, ansiedad, inquietud o mal humor. Pérdida de energía. Sensación de culpa o baja autoestima. Dificultad para concentrase o indecisión. Incapacidad para disfrutar de las cosas y rechazo al contacto social. Pensamientos repetidos de muerte o suicidio.
Cualquiera de nosotros experimenta a lo largo de la vida algunos momentos de tristeza, ansiedad o baja autoestima, problemas que son bien diferentes a una Depresión Mayor porque esta causa serios problemas de pensamiento, comportamineto, estado anímico y actividades en la persona. Más de la mitad de las personas que sufren depresión seguirán teniendo episodios hasta una o dos veces al año, si no reciben tratamiento. Sin tratamiento, una persona con depresión puede llegar al suicidio.Se sabe que en los sujetos deprimidos existe una alteración de algunos neurotransmisores cerebrales.
Estos son las sustancias químicas que las neuronas utilizan para comunicarse entre sí y son fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
A su vez este desbalance químico que lleva a la Depresión Mayor puede ser precipitado por algún estrés severo que este afectando a la persona, como por ejemplo haber sufrido de experiencias maltratantes y traumáticas, dentro y fuera de un grupo sectario, abuso sexual, humillaciones severas y continuas, o un divorcio, como producto de adicción a drogas o alcohol, o debido a la pérdida de algún ser querido.
El peligro al cual se enfrentan las personas que caen presas dentro de una secta incluye también las consecuencias a las que se exponen al dejar la misma. El miembro que logra dejar una secta destructiva, puede experimentar nuevamente cierto grado de depresión, aislamiento, sentimientos de culpa y temor. Estos sentimiento podrían ser algo pasajero, pero en algunos casos se pueden convertir en un Desorden de Depresión Mayor. Aunque la Depresión Mayor puede ser una enfermedad devastadora, por lo general responde muy bien al tratamiento. Hay muchos tratamientos disponibles, pero el más adecuado depende de cada persona y de la severidad de la enfermedad.
La meta al tratar una Depresión Mayor es que la persona pueda reanudar sus actividades diarias normales y sentirse bien nuevamente.
Existen tres tratamientos básicos para la Depresión Mayor:
- Medicamentos Algunos de los medicamentos más utilizados, que tienen como función regenerar las funciones de los neurotransmisores en el cerebro, son: Prozac (fluoxetine), Paxil (paroxetine), Zoloft (sertraline), Lexapro (escitalopram), Celexa (citalopram), Effexor (venlafaxine), Wellbutrin (bupropion), Cymbalta (duloxetine) y Remeron (mirtazapine).
- Psicoterapia (individual o de grupo) Este tipo de tratamiento ayuda a cambiar los pensamientos y comportaminetos negativos que se observan en un estado depresivo, a través de reuniones semanales con un profesional de la salud mental. Se puede utilizar en combinación con medicamentos o sola, para casos de Depresión Mayor más leves o moderados. Sin embargo, en caso de una Depresión Mayor Severa la persona tiende a responder mejor a una combinación de medicamentos y psicoterapia.
- Terapia Electro-Convulsiva (ECT) Este tipo de tratamiento se utiliza para casos más severos donde la persona necesita tratamiento inmediato o no ha respondido a tratamiento con medicamento , psicoterapia o la combinación de ambos.
Si cree que usted o algún familiar pudiera estar pasando por una Depresión Mayor, no deje de visitar a su médico o algún especialista en salud mental lo más pronto posible. La Depresión Mayor tiene cura.
SINDROME POST-SECTARIO
Existe una diferencia entre los trastornos de personalidad generados durante la estancia en un grupo sectario y las alteraciones observadas cuando los adeptos abandonan la secta.
Las repercusiones psicológicas en los ex-adeptos se distinguen según los síntomas observados. Una de las repercusiones es el conflicto que experimenta el ex-adepto cuando deja el grupo y vuelve a la sociedad normal, se da lo que se conoce como 'shock cultural' (la reacción mayoritaria). El ex-adepto experimenta gran ansiedad al tratar de reconciliar las teorías que había aprendido en el grupo con la demanda y los valores de tres períodos: el pasado anterior al grupo, el tiempo transcurrido con el grupo y la situación actual.
En cuanto a los trastornos “post-grupo”:
Se incluye lo que denominan 'reacción mayoritaria', que viene determinada por el estado anímico y mental en el que se encuentran habitualmente los ex-adeptos cuando dejan los grupos. El ex-adepto experimenta diversos estados emocionales debido a que se siente desidentificado y extraño con el mundo externo a la secta, como si fuese un inmigrante que acaba de llegar a otro país. Es un proceso de adaptación a una vida autónoma e independiente, sin el grupo, le resulta especialmente dolorosa. Algunas personas logran abandonar un grupo sectario después de un período de pertenencia, que puede variar de meses a muchos años, bien sea por la aparición de dudas, cansancio o contradicciones, bien mediante un soporte terapéutico externo o bien porque se dé la expulsión por parte del mismo grupo. En este período el adepto puede experimentar sentimientos de insatisfacción, engaño, frustración y vacío debido a que ha descubierto que era falso el grupo que anteriormente le había planteado una visión diferente de la verdad o realidad, y aunque se siente engañado, se halla carente de valores y de referentes.
En algunos casos, algunas personas podrían experimentar un cambio de intereses sin mayores consecuencias y sin que el abandono suponga un proceso traumático. Igualmente, este período puede tener duraciones muy variables que vayan de días a semanas e incluso meses. Todo dependerá del modo en que se produzca el abandono y especialmente del soporte externo, a parte de la propia personalidad del individuo. El soporte externo y de los familiares es sumamente importante, ya que forman un amplio abanico de perfiles socio-económicos y culturales. El proceso de desprendimiento del grupo es conflictivo, doloroso, angustioso y frustrante, especialmente por los cambios que van apreciando en el ex-adepto y la percepción, recepción y comprensión de los familiares. El ex-adepto se ve en la necesidad de tratar de resolver todos sus problemas en la forma en que lo había podido hacer en otras circunstancias.
Trastorno por Estres PostraumaticoTrastorno por estrés postraumático (DSM-IV sección 309. 81): Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen).
Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma. En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.
Según el DSM-IV, sección 309.81, se diagnostica el trastorno cuando: La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático donde:
- La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.
Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados.
- El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.
Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar.
Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
- El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse).
Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico. Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma. Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas Sensación de desapego o enajenación frente a los demás Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor) Sensación de un futuro desolador (p. ej, no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:Dificultades para conciliar o mantener el sueño Irritabilidad o ataques de ira Dificultades para concentrarse Hipervigilancia Respuestas exageradas de sobresalto. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.
Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Especificar si: Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses, o Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más. Especificar si: De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado como mínimo 6 meses.
Según Jansa, el trastorno está determinado por cinco características (Jansa, 1993):La persona ha vivido una experiencia que supera los límites de las experiencias humanas habituales y que sería marcadamente distresante para todo el mundo. El evento traumático es experimentado persistentemente de varias formas como sueños, "flashbacks"... Evitación persistente de los estímulos asociados al trauma o a un enturbiamiento general de la consciencia. Síntomas persistentes de incremento de excitación incluyendo al menos dos de los siguientes; dificultades en el sueño, irritabilidad, dificultad de concentración, hipervigilancia, exageradas respuestas de alarma, reactividad fisiológica hacia los eventos que se parecen o simbolizan el trauma Duración de al menos un mes
PSICOSIS REACTIVA ESQUIZOAFECTIVA-Psicosis reactiva esquizoafectiva: El término esquizoafectivo fue utilizado por primera vez en el 1933, por Jacob Kasanin, para referirse a un grupo de 9 pacientes jóvenes con síntomas afectivos y esquizofrénicos que no cumplían con los criterios enunciados por Kraepelin para "Dementia Praecox" o con los criterios de enfermedad maníaco-depresiva.
El concepto de psicosis esquizoafectiva combina características esquizofrénicas y maníaco-depresivas. Es una alteración psicopatológica que viene determinada por la aparición de episodios psicóticos, de rápido inicio y duración variable, de pocas semanas a meses de duración, pudiendo llegar a un año o más. Aparece en personas sin una historia previa personal ni familiar de transtornos mentales o en personas que tienen familiares que han presentado alteraciones previas. La persona mezcla síntomas esquizofrénicos y afectivos, y desarrolla una grave distorsión de la percepción del mundo exterior, y comienza a experimentar la presencia de “impresiones sensoriales falsas”.
El trastorno recuerda los cuadros clínicos maníacos o depresivos con delirios o estados mixtos. Por ejemplo, en el área afectiva con Psicosis de angustia-felicidad, en el pensamiento con Psicosis confusional excitada-inhibida. Son trastornos psicóticos agudos y transitorios. Las características maníacas o depresivas del trastorno están entremezcladas con características esquizofrénicas.
Existen diferentes tipos de trastornos esquizoafectivos: Trastorno esquizoafectivo de tipo maníaco Trastorno esquizoafectivo de tipo depresivo Trastorno esquizoafectivo de tipo mixto Otros trastorno esquizoafectivos Trastorno esquizoafectivo sin especificación Estos pacientes se recuperan por completo del cuadro psicótico en pocas semanas, tendiendo a desaparecer, con una buena recuperación, ajuste social y sin defecto permanente; sin embargo, con posibilidades de recaída.
Reacciones Varias o Misceláneas (Jansa, 1993): Incluyen déficits cognoscitivos como dificultades de concentración, incapacidad para mantener la atención, déficits de memoria (sobre todo la memoria a corto plazo), automutilaciones, fobias, suicidio y homicidio; y factores psicológicos con consecuencias orgánicas, como infartos de miocardio, angor, muertes subitas, úlceras pépticas recurrentes, asma etc.
© Red de Apoyo, 2007
Referencias: David Halperin (1983). Psychodynamic Perspectives on Religion, Sect and Cult. Boston: John Wright PSG Inc. DSM IV. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. Ed. American Psychiatric Association, Washington, 1994. Groenveld, J. Totalism and Group Dynamics, Cult Awareness and Information Centre, May 7, 1999 Galper, M.F. (1983). The Atypical Dissociative Disorder: Some etiological, diagnostic, and treatment Issues. Hassan's, Steven Alan. “Freedom of Mind Center". http://www.freedomofmind.com Jansà, Josep Mª, (Agosto de 1993) La Coartación de la Libertad a través de las sectas Destructivas; Una SutilForma de Violencia, Médico de A.I.S. Barcelona. Kareaga, Alberto Amutio (2002). Estrategias de manejo del estrés: el papel de la relajación. Editorial Médica. C. Med. Psicosom, Nº 62 / 63 Liberman, RP. Stress in Psychiatric Disorderss NY: Springer Publishing Company, Inc, 1994:117 Martínez Bernal, Juan Carlos (2004, mayo). Lavado de Cerebro y su Desprogramación Psicológica, Universidad Gestalt de América Recuperado el 31 de Julio de 2007 de http://www.mundogestalt.com Sutphen, Dick. “La Lucha por tu mente”. http://www.galeon.com/aissectas/sutphen.html Hendric, S. (2005, febrero). Aplicaciones educativas de las Teorías de Piaget y Vigotsky. Trabajo presentado en el Colegio de Profesores, Caracas, Venezuela. Perlado, Miguel, Psicólogo Psicoterapeuta, La violencia del sectarismo Ponencia presentada en el XVII Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Médico Psicológicos y Religiosos (AIEMPR), Estrasburgo 10-14 de julio de 2006. Sectas y grupos destructores de la personalidad, Cuidado: respuestas definitivas a las dudas existenciales (Mayo 2000) Revista Consumer Eroski, Sección de Psicología, Edición No. 33, Fundación Eroski, Bº San Agustin s/n. 48230 Elorrio, Vizcaya, España. Recuperado el 31 de Julio de 2007, de http://revista.consumer.es West, L. J., & Martin, P.R. (1994), Pseudo-identity and the treatment of personality change in victims of cults, In S. J. H. Lynn & Rhue (Eds.) Dissociation: Clinical Theoretical Perspectives New York: Guilford.