Autor Loftus, Elisabeth
ISBN 9788484285564
Año Edición 2010
Páginas 408
Encuadernación Rústica
Idioma Español
Precio 23,00 €uros
Sinopsis
En primera línea de la psicología experimental de nuestro tiempo, Elizabeth Loftus ha demostrado que la memoria es un mecanismo frágil, sensible a todo tipo de transferencias, falseamientos y manipulaciones. Por ello, su intervención pericial en juicios criminales suele resultar, cuando los jueces lo permiten, de gran utilidad a la defensa. Según un estudio, en Estados Unidos pueden ser condenadas 8.500 personas inocentes en un solo año, más de la mitad de ellas a raíz de erróneas identificaciones por parte de testigos presenciales. En Juicio a la memoria, un libro ya clásico en la literatura criminológica y psicológica, Loftus expone sus investigaciones y relata su participación en ocho casos en que las únicas pruebas contra los acusados eran las declaraciones de los testigos. Algunos de estos casos implican a criminales tristemente célebres como el asesino en serie Ted Bundy o el llamado «Iván el Terrible», guardia de un campo de exterminio nazi. Pero, en la mayoría, los acusados acaban demostrando su inocencia, pese a que, a ojos de los testigos, eran implacables violadores, asesinos o pedófilos. Este libro invita a una profunda reflexión sobre el sistema judicial y, en general, sobre los equívocos de nuestra percepción de la realidad.
En primera línea de la psicología experimental de nuestro tiempo, Elizabeth Loftus ha demostrado que la memoria es un mecanismo frágil, sensible a todo tipo de transferencias, falseamientos y manipulaciones. Por ello, su intervención pericial en juicios criminales suele resultar, cuando los jueces lo permiten, de gran utilidad a la defensa. Según un estudio, en Estados Unidos pueden ser condenadas 8.500 personas inocentes en un solo año, más de la mitad de ellas a raíz de erróneas identificaciones por parte de testigos presenciales. En Juicio a la memoria, un libro ya clásico en la literatura criminológica y psicológica, Loftus expone sus investigaciones y relata su participación en ocho casos en que las únicas pruebas contra los acusados eran las declaraciones de los testigos. Algunos de estos casos implican a criminales tristemente célebres como el asesino en serie Ted Bundy o el llamado «Iván el Terrible», guardia de un campo de exterminio nazi. Pero, en la mayoría, los acusados acaban demostrando su inocencia, pese a que, a ojos de los testigos, eran implacables violadores, asesinos o pedófilos. Este libro invita a una profunda reflexión sobre el sistema judicial y, en general, sobre los equívocos de nuestra percepción de la realidad.
certamente la memoria siempre es fragil y mas a conveviencia del inculpado
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