Empezamos con este post una serie sobre los principales trastornos que se tratan dentro de la psicologia forense y nos parecía obligado hacerlo con el que quizás tenga más fama que es la psicopatía.
Los datos sobre la psicopatia los hemos tomado de este lugar:
Los datos sobre la psicopatia los hemos tomado de este lugar:
La psicopatía se clasifica como un trastorno diferenciado del trastorno de personalidad antisocial (TPAS) y del trastorno de límite de personalidad (TPL). A pesar de la alta superposición sintomática entre la psicopatía y otros trastornos de personalidad, sus consecuencias para la sociedad, justifican su estudio como entidad independiente.
Si bien la trasgresión es la constante en la conducta psicopática, no necesariamente, será lo suficientemente grave como para ser catalogada de conducta criminal. Babiak y Hare (2006) han publicado en su estudio “Psicópatas de cuello blanco”, que son sujetos de un elevado coeficiente intelectual, y que generalmente ocupan posiciones laborales de poder.
La psicopatía no constituye un fenómeno moderno, encontramos antecedentes a lo largo de toda la evolución de la humanidad. La literatura nos proporciona abundantes muestras de ella. A su vez, se trata del primer trastorno psiquiátrico descrito. Pinel (1745-1826) precisa que se trataría de una forma de manía sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un severo daño en la capacidad afectiva, lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.
Su conducta aparenta locura, pero al examen mental, el sujeto aparece con sus facultades cognitivas intactas a pesar de su extrema frialdad emocional.
El DSM-IV menciona la falta de remordimientos, pero no habla de la extrema frialdad del psicópata. La psicopatía no sólo se manifiesta, por lo criminal, como sería el TPAS, sino también por la carencia vincular, asociada a una incapacidad afectiva en su relación con los demás. El psicópata se relaciona siempre procurando su placer o la utilización del otro para el logro de sus metas, sin desarrollar vínculos afectivos reales. Su mundo afectivo está marcado por el utilitarismo y el pragmatismo en la consecución de sus metas. Una vez logradas, el otro será desechado o eliminado.
El trastorno límite de personalidad (TPL) es “una alteración persistente en la capacidad de manejar emociones, tolerar la soledad, mantener relaciones estables y confiadas y controlar los impulsos autodestructivos” (American Psychiatric Association, 1994; Gunderson, J., 1984) .Entre ellos se encuentran los esfuerzos para evitar el abandono, la inestabilidad en las relaciones interpersonales, impulsividad en a lo menos dos áreas (gastos, comida, sexual, abuso de sustancias, conducción temeraria y otras), automutilaciones y amenazas constantes de suicidio como conductas manipulatorias. ideaciones paranoides y un constante sentimiento de vacío.
Entre las características sintomáticas que crean confusión diagnóstica entre el TPAS, la Psicopatía y el TPL, se encuentran los arrebatos explosivos de violencia física y verbal, la capacidad transgresora de los tres trastornos y una extraordinaria habilidad de manipulación. La incapacidad de regulación afectiva de este tipo de pacientes, es la causante de estas conductas. Aquí radica la diferencia con el trastorno psicopático, donde lo afectivo no está presente y los arrebatos de furia y violencia, son breves, sin razón aparente y seguidos por un descenso de la excitación fisiológica tal que no quedan rastros de esta alteración. Mientras que el paciente límite, permanecerá gravemente afectado, debiendo recurrir frecuentemente a medicación de emergencia seguido generalmente, de un período de sueño prolongado.
Si bien es cierto que conductualmente la psicopatía y el TPAS tienen superposición sintomática, la mayor parte de los delincuentes cumplen con los criterios del TPAS, pero no todos son psicópatas; pero, la mayoría de los psicópatas cumple con los criterios del TPAS. Existe un porcentaje de sujetos que jamás cometen delitos, pero que exhiben una amplia gama de características psicopáticas y que correspondería a 1% de la población general.
Walsh, Swogger y Kosson (2005) señalan que es factible sugerir que los psicópatas se involucran en una violencia instrumental, premeditada y a sangre fría; mientras que las personas que sufren de un TPAS se traban en una violencia defensiva. En relación a la afectividad, el psicópata muestra una incapacidad de vinculación profunda, sus vínculos son superficiales y de corta duración, puede fingir las emociones en forma manipulatoria mientras le convenga o desee lograr algún fin, pero romperá con facilidad cualquier relación que haya establecido con total desprecio, incluso en el caso de relaciones con pares delictuales, no vacilará en acudir a la delación si eso le beneficia.
Si bien la trasgresión es la constante en la conducta psicopática, no necesariamente, será lo suficientemente grave como para ser catalogada de conducta criminal. Babiak y Hare (2006) han publicado en su estudio “Psicópatas de cuello blanco”, que son sujetos de un elevado coeficiente intelectual, y que generalmente ocupan posiciones laborales de poder.
La psicopatía no constituye un fenómeno moderno, encontramos antecedentes a lo largo de toda la evolución de la humanidad. La literatura nos proporciona abundantes muestras de ella. A su vez, se trata del primer trastorno psiquiátrico descrito. Pinel (1745-1826) precisa que se trataría de una forma de manía sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un severo daño en la capacidad afectiva, lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.
Su conducta aparenta locura, pero al examen mental, el sujeto aparece con sus facultades cognitivas intactas a pesar de su extrema frialdad emocional.
Diferencias entre TPAS, TPL, y Psicopatía:
Los Manuales Diagnósticos y Estadísticos de Trastornos Mentales como el DSM-IV y el CIE- 10 incluyen el diagnóstico de trastornos que explicarían la conducta antisocial. Plantea como criterios diagnósticos del trastorno de personalidad antisocial, un patrón de conducta despectiva hacia los derechos ajenos, que aparece alrededor de los 15 años, donde se da el fracaso para adaptarse a las normas sociales, deshonestidad, mitomanía, estafas por beneficio personal o por placer; impulsividad, irritabilidad y agresividad, despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás, falta de remordimiento.El DSM-IV menciona la falta de remordimientos, pero no habla de la extrema frialdad del psicópata. La psicopatía no sólo se manifiesta, por lo criminal, como sería el TPAS, sino también por la carencia vincular, asociada a una incapacidad afectiva en su relación con los demás. El psicópata se relaciona siempre procurando su placer o la utilización del otro para el logro de sus metas, sin desarrollar vínculos afectivos reales. Su mundo afectivo está marcado por el utilitarismo y el pragmatismo en la consecución de sus metas. Una vez logradas, el otro será desechado o eliminado.
El trastorno límite de personalidad (TPL) es “una alteración persistente en la capacidad de manejar emociones, tolerar la soledad, mantener relaciones estables y confiadas y controlar los impulsos autodestructivos” (American Psychiatric Association, 1994; Gunderson, J., 1984) .Entre ellos se encuentran los esfuerzos para evitar el abandono, la inestabilidad en las relaciones interpersonales, impulsividad en a lo menos dos áreas (gastos, comida, sexual, abuso de sustancias, conducción temeraria y otras), automutilaciones y amenazas constantes de suicidio como conductas manipulatorias. ideaciones paranoides y un constante sentimiento de vacío.
Entre las características sintomáticas que crean confusión diagnóstica entre el TPAS, la Psicopatía y el TPL, se encuentran los arrebatos explosivos de violencia física y verbal, la capacidad transgresora de los tres trastornos y una extraordinaria habilidad de manipulación. La incapacidad de regulación afectiva de este tipo de pacientes, es la causante de estas conductas. Aquí radica la diferencia con el trastorno psicopático, donde lo afectivo no está presente y los arrebatos de furia y violencia, son breves, sin razón aparente y seguidos por un descenso de la excitación fisiológica tal que no quedan rastros de esta alteración. Mientras que el paciente límite, permanecerá gravemente afectado, debiendo recurrir frecuentemente a medicación de emergencia seguido generalmente, de un período de sueño prolongado.
Si bien es cierto que conductualmente la psicopatía y el TPAS tienen superposición sintomática, la mayor parte de los delincuentes cumplen con los criterios del TPAS, pero no todos son psicópatas; pero, la mayoría de los psicópatas cumple con los criterios del TPAS. Existe un porcentaje de sujetos que jamás cometen delitos, pero que exhiben una amplia gama de características psicopáticas y que correspondería a 1% de la población general.
Walsh, Swogger y Kosson (2005) señalan que es factible sugerir que los psicópatas se involucran en una violencia instrumental, premeditada y a sangre fría; mientras que las personas que sufren de un TPAS se traban en una violencia defensiva. En relación a la afectividad, el psicópata muestra una incapacidad de vinculación profunda, sus vínculos son superficiales y de corta duración, puede fingir las emociones en forma manipulatoria mientras le convenga o desee lograr algún fin, pero romperá con facilidad cualquier relación que haya establecido con total desprecio, incluso en el caso de relaciones con pares delictuales, no vacilará en acudir a la delación si eso le beneficia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario